'La Regenta' en la telebasura

Pocas veces se lleva una novela al teatro. Menos aún hay quien se atreva con una obra que es todo un referente en la cultura literaria contemporánea española. Marina Bollain se ha lanzado valiente nada menos que con La Regenta, cuyo montaje ha coproducido Teatros del Canal de Madrid, donde se representará, del 29 de marzo al 15 de abril, aunque como homenaje a Leopoldo Alas Clarín y su curiosa heroína, Ana Ozores, el estreno absoluto será en Avilés (este viernes 23) y Gijón (el 24).

Bollaín confiesa que la fascinación por llevar al teatro La Regenta se la inoculó el dramaturgo Maurici Farré: “Me dio la idea y al releer La Regentame pareció una propuesta estupenda porque es una novela fantástica que retrata a una mujer muy decimonónica, pero como la leí pensando en la vigencia que tenía hoy, era todo un reto ver qué queda de La Regenta hoy, y enseguida vislumbré, que aunque sea otra sociedad, quedan muchas cosas de entonces en nuestro entorno”, comenta la directora que ha escrito esta adaptación a cuatro manos, junto con la autora teatral Vanessa Montfort, una de las voces sólidas de la nueva dramaturgia española. Las dos vieron que la sustancia de La Regenta está en cómo Ana Ozores, el personaje protagonista, es “una mujer atrapada en una ciudad provinciana que busca infructuosamente la belleza, el bien, la poesía y la pasión en un mundo dominado por una moral social castradora, estúpida, materialista, calculadora y cruel”. Para las adaptadoras de esta novela clave de la literatura contemporánea española hoy encontramos elementos que equivalen al ambiente provinciano y burgués, el adulterio, la ruptura entre el ideal y la realidad, todos ellos temas que van surgiendo a lo largo de la novela y que han recogido en su propuesta escénica: “Ana Ozores, la protagonista, representa una conciencia solitaria enamorada de un bien superior frente a la colectividad ciudadana que ofrece un mundo mediocre”.
A la hora de trabajar, se han repartido el texto y cada una ha desarrollado las escenas que le tocaran, luego han comentado y han cruzado lo escrito de manera que las dos han intervenido y han retocado cada escena. Por último, una vez puesto en boca, como dicen los actores, Marina comentaba a Vanessa lo que no se terminaba de oír o de decir bien y se daba una última vuelta. Una experiencia que de no existir el correo electrónico y no estar en la era de internet posiblemente no se hubiera podido llevar a cabo.
Mariona Ribas es la protagonista. Una mujer con una edad similar a la Ana Ozores de Clarín, unos 27 o 28 años: “Es una actriz muy camaleónica”, comenta Bollain quien tiene claro que el mayor escollo al hacer la versión ha sido el asunto de la religión, que hoy no está tan presente entre las gentes de una sociedad a la que podría pertenecer Ana Ozores: “Lo que teníamos claro es que tenía que ser una persona influyente para Ana Ozores, alguien mediático”. La solución la han encontrado convirtiendo al confesor en un psicólogo escritor de libros de autoayuda, que la manipula, con el que hace terapia y que ha ascendido socialmente. “Además tampoco puede vulnerar el secreto profesional, que era importante para la historia, de la misma manera que ha sido muy condicionante que la educación de ella sea de una moral castradora en su juventud y niñez, y de hecho ahí hemos metido la religión para no perder el hilo”, apunta la directora.
Ambas cuentan que su historia se desarrolla en una ciudad que podría ser cualquiera y en un plató de televisión “que es la aldea global de hoy en día, más concretamente en un programa en el que se está despellejando a Ana Ozores”. Un espacio en el que a través de otros personajes se va saltando al pasado y donde se cuenta cómo Ana Ozores ha llegado a ser un personaje de un programa de este tipo. “Al principio a la Regenta la conocemos a través de los demás y aquí, antes de que se la conozca, todo el mundo habla de ella y sabemos quién es por los demás”, cuentan las autoras quienes han incluido ciertos personajes que pueden ser reconocibles a los espectadores que conocen algo de estos programas basura.
“El teatro hace muy pocas adaptaciones de novelas, lo hace el cine, quizá porque realmente es muy complicado, porque un dramaturgo, frente a la novela, tiene que saber encontrar la sustancia de la situación, la síntesis, y es muy complejo, porque una novela es todo lo contrario, es un despliegue de medios, mientras que el teatro es lograr lo máximo con lo mínimo”, sostiene Bollaín quien cree que Clarín es uno de los escritores más irónicos del siglo XIX: “Teníamos que plasmar esa decadencia y la obra espero que sea dinámica, como la terapia con la tele”, comenta la directora quien destaca que es la primera obra que aborda el mundo de las tertulias del corazón: “No olvidemos que la novela está enmarcada dentro del naturalismo, que trata de reproducir la realidad tal y como es. Tiene una actitud decididamente realista. La Regenta es una novela muy crítica y muy triste. Se usa constantemente la metáfora de la suciedad como expresión de la podredumbre del alma, lo viscoso, la lujuria”, y añade, “el mundo provinciano de La Regenta no es tan distinto del que vivimos ahora, en el que una imagen impactante, un comentario de un político o un deportista, o simplemente de un ‘famoso’ llenan los periódicos digitales primero, las televisiones luego, las radios y prensa escrita después, para pasar luego a los blogs, tweeters y demás redes sociales, y volver otra vez a la información digital retroalimentando este gran patio de vecinos en que se ha convertido nuestra actualidad mediática. En otras palabras, “la provincia” se ha hecho global, pero los comentarios y discusiones son a menudo aún más triviales que aquellos que animaban las tertulias a finales del XIX”, dice Bollaín quien con esta adaptación de La Regenta ha querido revisar lo que de actual tiene la novela y sus personajes. “En este sentido la novela es un punto de partida sobre el que inspirarse y hacer una reflexión acerca de la vida social, la realidad virtual, lo público, lo privado y sobre lo poco que en algún sentido hemos cambiado”. Su versión nos cuenta como Ana Ozores, una mujer admirada y conocida de la vida social actual y, en apariencia, felizmente casada con un político relevante, se verá envuelta en un triángulo amoroso cuyos detalles más escabrosos serán expuestos públicamente en un programa del corazón.
Junto a Mariona Ribas trabajan los actores Yolanda Ramos, Chiqui Fernández, David Luque, Raúl Sanz, Alberto Vázquez, Paca López y Angel Savín. El montaje cuenta con escenografía de Ricardo Sánchez-Cuerda y vestuario de Rosa García Andújar y es la incursión en teatro de texto más importante de la madrileña Marina Bollain (hermana gemela dela cineasta Itziar Bollain), quien estudio dirección de escena y canto en su estancia de más de una década en Berlin. Después ha desarrollado su carrera como directora escénica de teatro, musicales y zarzuelas, además de trabajar como soprano en la Komische Oper de Berlin, la Opera de Rostock y la Opera de Leipzig. También ha trabajado como actriz en cine y televisión.
Fuente: Rosana Torres (www.elpais.com)

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