¿Cómo se cocina un éxito?


Fuente: Raquel Quílez (www.elmundo.es)

Dos cámaras de seguridad captan a cuatro personas siendo infieles a sus parejas. En el mismo momento en que un hombre cruza con una desconocida la puerta de un hotel, su esposa se tumba en la cama con alguien anónimo. Y hablan. Todos a la vez. Condenados a no entenderse. Aitana Sánchez Gijón, Pedro Casablanc, Jorge Bosch y Pilar Castro hablan de inseguridades, de deseo, de culpa. Están en ese punto en el que uno mira hacia atrás y se pregunta qué ha hecho con su vida. La percha se la da Babel, una adaptación de Speaking in Tongues de Andrew Bowell. Y la batuta la lleva Tamzin Townsend, a la que la prensa llegó a bautizar como la 'Reina Midas del Teatro' porque convierte en éxito lo que toca.

A escasas horas del estreno en Madrid -Teatro Marquina- Townsend se ríe cuando se acuerda de su sobrenombre. "La primera vez que lo escuché pensé, 'qué bonito', pero luego es tremendo. Me lo pusieron porque tuve dos o tres obras que fueron muy grandes de taquilla y crítica. Pero ni me lo creo ni me importa, es como una broma. Mi marido siempre me dice: 'Reina Midas, reina Midas, pues a ver si eres un poco más reina Midas...' -bromea- Vete a saber, hay producciones más arriesgadas que otras".
Townsend tiene ahora entre manos uno de esos textos complicados. La primera vez que se encontró con él fue hace una década. "Hace unos 10 años estaba en la librería del National Theatre de Londres buscando textos de cuatro personajes y encontré éste. Pensé 'qué bueno, pero qué difícil' y ahí se quedó, aunque quería volver a él. Y de pronto, hace un año, me llaman de La Zona Films para ponerlo en marcha. Estas cosas del destino me interesan mucho, y hacía tiempo que no dirigía una cosa tan profunda".
Tamzin Townsend (Liverpool, 1967) llegó a España a comienzos de los noventa y se ha convertido en uno de esos nombres imprescidibles. Ha trabajado en televisión, en ópera, en traducciones... Pero sobre todo en teatro, mucho teatro. Además, coordina un grado de Artes Escénicas en la Universidad Europea e imparte diversos cursos. Taquillazos como El método Gronholm o Un dios salvaje le avalan. Pero tiene más: Carnaval, En la cama, Días de vino y rosas...

Los ingredientes del éxito

Una de sus máximas de trabajo es elegir a los actores, pero cada producción es diferente. "En este caso, hubo que pactar e hicimos listas de gente, pero estábamos todos más o menos de acuerdo en lo mismo. Con Aitana y Jorge Boch ya he trabajado antes, por lo que jugaba en casa. Y el resto son también fantásticos". Otra, jugar a la improvisación durante días hasta encontrar al personaje. Pero tampoco esta vez ha tenido tiempo para eso. "El problema es que son cuatro actores que hacen cuatros personajes que después de 40 minutos se van y no vuelves a verlos. Y después, hacen cuatro personajes más. Entonces, ¿a cuál buscas? Además, tiene escenas complicadísimas a cuatro voces. Nunca he pasado tantas horas ensayando. Es dificilísimo y cuando no va bien, queda terrible porque da una sensación de caos impresionante".
"Parecíamos nadadoras de sincronizada, con una partitura en la que tiene que estar todo muy atado. Terminas como borracho", añade Pilar Castro, que reconoce que Townsend "es una persona con mucha energía, con las ideas muy claras y capacidad de transmitirlas". "Es una reina Midas sin dudas. Yo vengo de trabajar con ella en Un dios salvaje y, desde luego, es el mayor éxito que he vivido en el teatro. Creo que tiene una capacidad increíble de conectar con el público, de buscar el lenguaje adecuado a cada función. Y en este caso, estaba muy preocupada, y muy ocupada, en hacerlo inteligible para que nadie se pierda. Y luego, como directora de actores es un 10", añade Aitana Sánchez Gijón.
Todos tienen palabras positivas para ella: "Para mí ha sido un descubrimiento. Tiene muy clara la dirección que quiere marcar desde el principio. Todo lo que ha hecho son textos que han tenido muy buena repercusión, textos muy buenos y muy bien dirigidos, pero nunca se puede saber lo que va a ser un éxito", añade Pedro Casablanc.
¿Ni siquiera una pista basada en su experiencia? "Si el repato es bueno y la obra es inteligente y divertida, porque a la gente le gusta pasarlo bien en el teatro, tienes muchas posibilidades de que vaya bien. O si es 'Un dios salvaje' con Maribel Verdú y Aitana Sánchez Gijón, vas hasta el cielo. ¿Qué puede fallar? Hay obras que son tremendamente más agradecidas que otras. Si todas fueran 'El Método Gronholm', todos los que se dedican al teatro serían millonarios. Pero claro, ésta es una obra a cuatro personajes, en tiempo real, sin cambio de decorado... No es lo mismo", confiesa la directora.
Como a todos en el sector, al equipo de Babel le asusta lo que se les viene encima. "Vamos a ver qué pasa y cómo arranca la temporada. Pero el teatro ha sobrevivido a guerras y a momentos en los que la gente no tenía ni para comer. Los actores y productores son muy buenos en adaptarse a las circunstancias y me imagino que es lo que va a pasar ahora. La sensación que tenemos es de 'vamos a pelearnos, aceptamos que las cosas ya no son lo que eran, pero vamos a trabajar para sacar esto adelante, que el espectador tenga tres o cuatros propuestas muy buenas que le apetezca ver'. Y a ver qué pasa", dice Townsend. "En nuestro caso, la subida del IVA la asumimos nosotros, los trabajadores, así que el espectador puede venir tranquilo que ya nos hemos llevado el soponcio nosotros. A los actores al menos nos quedaba el teatro, ahora ya no sé...", reflexiona Sánchez Gijón.
A la espera de si la obra cuaja y Townsend sigue haciendo honor a su leyenda, ella ya tiene más proyectos en mente: encadenará Babel con una propuesta en el Centro Dramático Nacional -es la primera vez que trabaja en él después de 20 años de carrera-. Y sueña con dirigir "otra obra de Shakespeare y muchas cosas en Mérida...".

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