Tricicle se despide con 'Bits'



Fuente: Justo Barranco (lavanguardia.com)

Ya no son aquellos jovencitos que hace 34 años montaron el grupo de teatro gestual Tricicle. Tras ocho exitosos espectáculos que comenzaron con Manicòmic, las largas, larguísimas giras, y estar lejos de casa, de la familia, dicen, les pesa bastante más ahora. Así que Joan Gràcia, Paco Mir y Carles Sans creen que Bits, la obra con la que aterrizan hoy en el teatro Poliorama después de año y medio de gira por toda España -y de nada menos que 150.000 espectadores pese a la crisis que sufrió el teatro en la pasada temporada- va a ser su última creación. No es que se despidan de los escenarios, puntualizan. Por un lado, a Bits, su actual obra, le queda mucho recorrido, y no sólo en Barcelona. Por otro, para cuando acabe Bits y se acerquen a los 40 años de Tricicle, planean una gira de cierre con sus grandes éxitos, sus mejores gags. Y además, recuerdan, Tricicle seguirá vivo como marca, creando obras que no protagonizan ellos, como ya han hecho estos años dirigiendo -con mucho éxito- los musicales Spamalot o Forever young.

Así que por ahora queda Tricicle para rato. Quedan muchos gags por delante, como los que ahora presentan en Bits, una comedia inspirada en el nuevo mundo de internet. Una pieza que definen irónicamente como "un espectáculo digital en código de gags trinario". Y en la que los tres intérpretes arrancan vestidos de bits, de esas unidades de información que circulan por la red para darle vida: esto es, van vestidos a medio camino entre una feria y un peculiar hombre del futuro, con trajes repletos de centenares de luces led que cambian de color a voluntad, y con las que lo mismo muestran sus jocosos estados de ánimo que juegan a crear banderas. Pero aún hay una última novedad muy importante: de vez en cuando, ¡hablan!

Carles Sans explica que para el nuevo espectáculo tenían muchas ideas de tipo muy distinto y que la idea de los bits, de internet, les ha ayudado a incluirlas todas, porque de hecho la red "es un gran cajón de sastre donde se encuentra de todo a golpe de ratón a una enorme velocidad". Una velocidad que, remarca, es la que precisamente siempre busca Tricicle en sus creaciones. De hecho, la obra, dice Joan Gràcia, está formada por sketches "de hechos cotidianos que le pueden suceder a cualquiera", situaciones, eso sí, a las que dan un toque surrealista, como un policía enfrentado a una manifestación con un solo manifestante. Y en ella rinden incluso homenaje a personajes de obras anteriores, como las tres viejecitas de Exit, del año 1984, o como a algunos de sus referentes artísticos, sean Les Luthiers, "con los que hace años hablamos de hacer un espectáculo nuevo pero por fechas nunca pudo ser", o el maestro Jacques Tati.

Paco Mir puntualiza que formalmente Bits está más emparentado con Manicòmic o Garrick porque presenta gags que no tienen nada que ver unos con los otros y que sólo están unidos por la red. Eso sí, como dice Sans, tras muchos espectáculos a sus espaldas, con 34 años de profesión, "la nueva propuesta parte de la desinhibición y la relajación, hemos hecho lo que nos ha dado la gana sin cuestionarnos si era ortodoxo o no, así que hablamos un poco más que de costumbre, hemos perdido el respeto a que todo se tenga que hacer a través de la gestualidad, y si ya nos habían oído onomatopeyas, ahora nos oirán alguna frase". "Pero monologuistas no somos", bromea Gràcia.

En cuanto a su retirada, Sans recuerda que "Tricicle hace un tipo de teatro muy físico" con el que suelen ir de gira entre tres y cuatro años, y que ya están en una franja de edad en la que hay que ser realista sobre la posibilidad de seguir haciendo espectáculos a la altura de los que han hecho y que no quieren convertirse en una de esas viejas glorias que ocupa el escenario hasta el último aliento. Además, añade, que estar lejos de casa y de la familia "pesa un poquito más ahora y te lo vas planteando". Eso sí, "estamos como nunca", y dice que el público de todas las ciudades en las que han estado ha recibido Bits sin parar de reír y que además no se trata sólo del público de siempre sino que se va renovando y se incorporan las nuevas generaciones. En ese sentido, concluye, su particular mirada crítica y surrealista sobre la cotidianidad sigue funcionando, una mirada en la que, explica, no buscan dar soluciones sino en la que la solución es el humor.

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