VÀNIA


TEXTO: ANTON CHÉJOV
ADAPTACIÓN: ORIOL TARRASON
INTÉRPRETES: PEP AMBRÓS, ANNABEL CASTÁN, MIREIA ILLAMOLA, ARNAU PUIG i BERNAT QUINTANA
DURACIÓN: 1h 40min
PRODUCCIÓN: LES ANTONIETES amb el suport de TEATRE LLIURE i la NAU IVANOW
ESPAI LLIURE

Desde 2009 y aquel El mal de la joventud ha pasado algo más que cinco años, Les Antonietes se han hecho grandes, pero no de edad (aunque también) sino de público y de reconocimientos. Todavía recuerdo que cuando la fui a ver, sólo unas treinta personas ocupaban sus butacas en la Muntaner, hoy el Espai Lliure se les ha quedado pequeño, por lo que han tenido que ampliar una semana más de funciones para que el público pueda seguir disfrutando de esta maravilla teatral.

Conocemos las obras de Chéjov como un autor pesimista, oscuro, obras con un ritmo pausado donde los personajes ven transcurrir el paso del tiempo sentados, sin ideas de cómo cambiar su destino. Olvídense de ese Chéjov porque Les Antonietes son todo luz. Vitalidad, ganas de vivir, asqueados por la vida que llevan, por lo que se están convirtiendo y por querer descubrir lo que hay fuera, lejos de donde se encuentran.

Hay libros que vuelan, hay vodka, hay fiestas, hablan, se ríen, todo a un ritmo vertiginoso que no estamos acostumbrados a ver en un montaje de Chéjov. Hay ganas de vivir, ganas de cambio, ganas de disfrutar de la vida. Algunos personajes saldrán mejor parados que otros, pero el viaje es apasionante. 

Genialmente adaptada y dirigida por Oriol Tarrason y como ya pasara con Stockmann el mayo de 2013 en la Muntaner, Pep Ambrós nos regala un brillante interpretación, tanto sobrio como borracho, consigue que los espectadores, o al menos una servidora, empaticemos con su sufrimiento, con sus ganas de salir de esa miseria interna. Cautivadora Mireia Illamola, su interpretación seduce al público que se deja engañar (o no) por su larga melena rubia que acompaña con ojos de no haber roto ningún plato. Y vaya si los rompe (por supuesto, en escena). Annabel Castan le vuelve a tocar el papel de sufridora y lo clava, sufrimos y mucho hasta el final. Pero para aliviar tanto sufrimiento, el papel de bufón le ha tocado a Arnau Puig que no hace soltar una risotada de vez en cuando.

Un clásico, sí, pero diferente. 1h y 40 minutos demasiado cortos que nos dejan ganas de más. En mayo vuelven a la Muntaner. Esta temporada nos hemos portado demasiado bien y nos han recompensado con doble ración de Les Antonietes. ¡Que lo disfruten!

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