Tristán Ulloa: "En Adentro manejamos el humor como catarsis para contar una historia difícil"


Fuente: Saoia Camarzana (elcultural.es)

Una familia. Tres integrantes. Un círculo cerrado con apenas conexión con el mundo exterior. Bajo estas premisas, La Negra, El Negro y su madre, Marga, tejen la historia de una familia argentina con raíces españolas con códigos, a veces, amorales. Todo comienza con el cumpleaños de la cabeza de familia que quiere celebrarlo con sus amigos de la juventud, época en la que sigue anclada. Secretos. Muchos. Y un juego de contrastes es lo que narra el texto de Carolina Román, Adentro, que el director y actor Tristán Ulloa (Orleans, 1970) lleva al escenario del Teatro María Guerrero a partir de este fin de semana. 

Dirige la obra de Carolina Román, Adentro. ¿Qué podemos ver en esta pieza?
Adentro cuenta la historia de una mujer de cierta edad que decide celebrar su cumpleaños invitando a sus compañeros de colegio tirando de la agenda de aquella época. Con el shock que supone llamar para invitarles a este evento cuando muchos de ellos ya no están y ella piensa que está anclada en esa época. En realidad, la historia es un pretexto para hablar de dependencias emocionales en el seno de una familia muy encerrada sobre sí misma y con apenas contacto con el exterior. La excusa que usamos es la celebración del cumpleaños de la matriarca. 

Se trata de una familia aislada del mundo con profundos lazos de unión pero mucho dolor.
Tiene secretos que no se han pronunciado, no se han verbalizado tiene temas tabú que no han tocado y se vive de espaldas a muchas cosas de las que no se hablan. Digamos que la historia subyace como un río, una corriente de mucha información que no se menciona pero está ahí latente y que es muy evidente que está. El reto de la historia era hablar de todo esto sin mencionarlo. 

¿Cómo se manifiesta esto en la puesta en escena?
En el teatro además de la palabra existen otros códigos y lenguajes para expresarse y es todo eso lo que usamos. La gestualidad, las atmósferas que creamos, en el decorado, la historia, el contexto. Entramamos un poco los esquejes que van a configurar la historia que no es nada evidente. De lo que habla parece bastante trivial pero lo que subyace es verdaderamente la esencia de la historia. Una familia muy encerrada sobre sí misma en la que se producen relaciones muy amorales en ese sentido. Cuando se crea una vista desde el exterior es cuando la historia coge perspectiva. No hay juicios desde la escritura hacia los personajes y tampoco yo he decidido juzgarlos.

Se habla del vínculo familiar pero es una familia endogámica y el dolor es patente, es desasosegante. ¿Se sentirá el público identificado o se alejará de ellos?
Eso lo dejamos en manos del público. Yo nunca asumo o preasumo la percepción del público. Creo que tiene sentido, tenemos que ser valientes, arriesgar y decir que es una historia con muchas aristas y bastante ásperas pero con mucho sentido del humor. Manejamos el humor como catarsis pero en el fondo no deja de contar una historia difícil. El público, por lo que estamos viviendo nosotros, se ríe y se emociona a partes iguales, sale removido y con una reflexión que llevarse a casa. 

La mezcla del drama con humor funciona como paliativo.
Sí, creo que el humor no tiene que faltar por muy dramático que sea todo. Si cargas las tintas en la forma de contarlo puede ser algo insoportable, tanto para el espectador como para nosotros. Es necesario siempre el humor, incluso en los rincones más oscuros tiene que haber un poco de luz. No es un humor que frivolice sino que es bastante negro. Es muy idiosincrásico de los argentinos hacer humor de las situaciones más dramáticas.

La historia nace de un microteatro que funcionó bien. A veces los personajes de Carolina deciden tomar otra dirección a la establecida. ¿Ha ocurrido en este caso?
A partir de una pieza de quince minutos que se hizo en su día y funcionó muy bien decidimos desarrollar la historia en hora y cuarto. Así surgió Adentro, de la misma forma en la que surgió En construcción. Los personajes se van configurando en los ensayos. El texto es una guía y en los ensayos los vamos adaptando al proceso. Así conseguimos un total muy orgánico y muy coherente con la línea de construcción de cada personaje. Es una forma de ensayar que me gusta, no dejar nada cerrado ni predeterminado sino estar abierto a lo que pueda ir surgiendo.

Cuando Carolina Román estaba escribiendo la pieza se estaba formando en la psicología gestáltica. ¿Ha tenido influencia esto a la hora de elaborar el trasfondo de los personajes?
No lo sé. Nosotros no hemos trabajado con la gestalt sino con en los ensayos y con los actores día a día. No he usado ninguna técnica gestáltica para construirlos. Pero sí es verdad que la formación en la que ella estaba seguramente habrá influido a la hora de escribir esos personajes, al menos al hacer los bocetos. Pero nosotros a la hora de trabajar lo hacemos en los ensayos y haciendo propuestas, ejercicios, improvisaciones. 

¿Cómo han sido los ensayos hasta ahora?
Es un proceso que me gusta y con el que disfruto mucho. A mí me gusta casi más el proceso que el resultado. El resultado es un sitio al que se llega pero el proceso es lo interesante, el viaje, el cómo, el por dónde. Eso es apasionante, el viaje en sí es interesante, no solo el destino. 

Imagino que sirve también de formación personal.
En ese sentido somos una compañía muy horizontal, no voy con algo predeterminado. Me gusta ir a descubrir cosas, no tengo ninguna técnica para dirigir. Sencillamente dejo fluir y si una puerta se cierra estar atento a escuchar y a señales que se van produciendo en los ensayos. Es algo orgánico. Hay que ir con los deberes hechos desde casa pero donde realmente se trabaja es en el propio ensayo.

Es la segunda vez que se pone en la piel del director. ¿Cómo es? ¿Prefiere actuar o dirigir?
Me gustan las dos cosas, son dos formas de hacer lo mismo, que es contar historias desde puntos de vista diferentes. Una cosa alimenta y ayuda a la otra, se retroalimentan. Disfruto en ambos y no me planteo elegir. Es un oficio y dentro de él se puede hacer de todo. 

Con En construcción fue finalista de los Premios Max. 
Sí, fui finalista en la categoría de mejor dirección y también hubo candidatura por el texto en su momento. Son cosas que ayudan. Es un aliento.

¿Tiene algún proyecto futuro entre manos?, ¿alguna incursión en el cine?
Ahora mismo esto de giro con Invernadero y esta es una gira que llevamos todo el año y parte del que viene. Ver qué depara con Adentro. Más adelante empezaré a pensar porque tengo varios textos a los que echar mano pero ahora mismo no me planteo mientras esté en esto, ya de cara al verano. Para el cine tengo una película con Julio Medem para otoño-invierno pero todavía no sé muy bien fechas, está todavía por definir.

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