AKA (AS KNOWN AS)


texto DANIEL J. MEYER
dirección MONTSE RODRÍGUEZ CLUSELLA
intérprete ALBERT SALAZAR
duración 70min
fotografías ROSER BLANCH
producción FLYHARD PRODUCCIONS
SALA FLYHARD

Cuando has seguido el desarrollo de los últimos años de las dramaturgias de Daniel J. Meyer, puedes esperar cualquier cosa, objeto o persona encima del escenario. La sorpresa está garantizada. Lo que no me esperaba era que el montaje me dejará tan flipada

Comenzando por la dramaturgia, precisa, milimétrica, con un ritmo y un lenguaje asombrosos. Carlos, el protagonista, nos engancha con su lenguaje, cercanía total, más allá del diminuto espacio de la Sala Flyhard, quien nos gana es él. Lo mismo hace públicos sus pensamientos, que se dirige directamente al público, canta, baila y da una y mil volteretas. Darlo todo en escena ha adquirido un nuevo significado después de ver AKA.



Tan importante como el lenguaje es la magnífica dirección de Montse Rodríguez, el ritmo de "que no decaiga" es obra suya. Una de las piezas claves de toda la obra son las transiciones, esos instantes en los que se intenta calmar los ánimos de personaje y público después de someterlos a una fuerte descarga emocional. La manera de resolverlos es sin duda sobresaliente, como el público no se da cuenta hasta que han pasado un par de ellos y se traga, acepta y se incorpora a la "trampa".



Excepcional el trabajo interpretativo de Albert Salazar, al que yo no había visto fuera de la pequeña pantalla y que se come el escenario y te deja boquiabierto su nivel extremo de naturalidad. Un montaje como éste necesita todo lo que él da en escena, un disfrute de principio a fin. La versatilidad que despliega ayuda a engrandecer el flipe aún más. Guille Vidal-Ribas ha diseñado una coreografía que, para los patos con dos piernas izquierdas como una servidora, nos parece para quitarse el sombrero.

La puesta en escena aunque minimalista a primera vista, representa básicamente la habitación de Carlos (15 años) donde un potente altavoz es el protagonista más visible. El pero a la parte minimalista lo pone un potentísimo diseño de luces de Xavi Gardés. Acompañan a las luces un fantástico diseño sonoro del mismo Gardés donde la selección musical es una delicia (playlist) y va de la mano con la dramaturgia y la dirección.



Y no, no diré ni mu de la trama. Simplemente que sí los que estamos en las generaciones de los 30-40 ya nos parecía dura la adolescencia, comparada con la actual era un juego de niños. Adolescentes y adultos se mezclan en las butacas de la Flyhard para disfrutar de uno de los mejores montajes de la cartelera actual barcelonesa. Imperdible.

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