MASTICAR HIELO


versión cañera inspirada en Quién teme a Virginia Woolf de Edward Albee
dirección y adaptación MARC RIBERA
intérpretes ERIC BALBÀS, MARIA HERNANDEZ, MAR PAWLOWSKY y JORDI SAMPER
duración 75min
fotografías AITOR RODERO
producción EL EJE y TEATRE TANTARANTANA
TEATRE TANTARANTANA

Por razones incomprensibles se ha convertido en la obra más polémica del momento. La foto del cartel donde se mostraba un culo fue censura por Facebook y la página del teatro fue suspendida temporalmente sin aviso previo. Sensibles como somos ante la censura cada vez más incipiente en nuestro país, la comunidad teatral catalana se movilizó en masa y en una semana se consiguió zanjar la polémica. Justo a tiempo para el estreno de la obra.

Precedida por la polémica, Masticar Hielo llega para crear más. Desde el mensaje de aviso para que los espectadoras apaguen el móvil, sí así en femenino (cosa que molestó de sobremanera al espectador que tenía a mi lado) hasta el mismo aviso que no piensan censurar ni una coma.



Alto voltaje desde el primer minuto. La pacífica sala de estar llena de cuadros de diferentes estéticas pronto se ve alterada por la presencia de dos individuos, la Martha (Mar Pawlowsky) y el George (Eric Balbàs) que entran en escena con la mecha al límite de estallido. Llegan de una exposición de arte de una de las galerías más reconocidas a nivel mundial, propiedad del padre de ella. Los reproches y los litros de alcohol inundarán la escena durante todo el montaje. 

A la fiesta pasada de decibelios son invitados Nuna (Maria Hernandez) y Nick (Jordi Samper), una artista y la su pareja y manager que llegarán para avivar el fuego. Es entonces cuando todo se descontrol y los reproches van en todas las direcciones sin importar nada más que quién la dice más bestia.

Si en la versión de Albee se cuestionaba el mundo académico/universitario, aquí se cuestiona el mundo artístico pero sobre todo la vida de la clase alta y cómo no todo lo puede llenar el dinero. Unas vidas vacías donde el alcohol intenta tapa el hastío existencial sin realmente conseguirlo.



A pesar de que es una obra bastante coral, el centro de la diana se lo lleva una sensacional Mar Pawlowsky, que cumple uno por uno las características que requiere un personaje como este: estridente, con una verborrea imparable, verdulera, al más puro estilo del programa Sálvame o similares. 

Pero el resto de personajes no se quedan atrás en esta guerra donde el más destroyer "gana". También es destacable las dos (o más caras) que esconden los personajes, especialmente en el caso de Nuna y Nick, ya que Martha y George se lo lanzan todo a la cara, sin que quede nada en el tintero, aparentemente.

La dirección de Marc Ribera ha optado por no dar tregua al espectador y aquí se tiran más petardos que en la noche de San Juan. Realmente el espectador queda exhausto de tanta potencia, de tanto grito, de tanto reproche y sale a la calle anestesiado pensando que sólo es ficción... o no.

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